Nos adherimos y divulgamos
El plástico es uno de los materiales que más protagonismo ha ganado en nuestras vidas durante los últimos años. Está presente en muchos de los objetos que usamos, tales como el ordenador, la tablet o el teléfono desde el que estás leyendo esta entrada.
Asimismo, también está en muchos de los envases que protegen a los alimentos que consumimos.
Es un material cotidiano, porque es fácil de moldear y de producir. Además, como hemos apuntado antes, es de una gran versatilidad y, salvo casos muy específicos, se supone que no entraña peligros para nuestra salud.
No obstante, la historia del plástico se remonta a varios años atrás y, como vamos a ver a continuación, su descubrimiento fue en gran parte fruto de la casualidad…
Su desarrollo comenzó en 1860, cuando W. Hyatt ideó un procedimiento para procesar un tipo de nitrato de celulosa (piroxilina). La idea de la que partió el descubrimiento fue la inquietud por encontrar un sustituto para el marfil natural, un material que se utilizaba en la época pero que estaba muy penalizado por su coste y su escasez.
Es decir, que el plástico se creó gracias al afán por enfrentar con garantías estas dos dificultades. Así, a pesar de ser inflamable y degradarse con facilidad por la incidencia de la luz, su invento fue todo un éxito.